Desterrada.

Desde pequeña he tenido la manìa de desterrarme de la sociedad, y es que eso de vivir en una soledad que se torna ùnica te enseña a apresiar tus momentos a solas.
Hace ya varios años, que mis momentos de yo misma son escasos y es por eso que he recurrido a la soledad de mi pieza para refugiar mi yo misma, mi ser completo y sin miedos, vergüenzas o peligros del resto de los mortales.

Es ahì donde anhelo mi niñez, donde soy la esencia misma de mi ser, donde no existe nada màs transparente que mi alma, jugando conmigo misma, donde encuentro mi paz absoluta y muchas veces sin darme cuenta encuentro la felicidad de tenerme tan solo a mi misma.

Comprendo que somos animales de sociedad, comprendo la importancia de los otros, pero tambièn comprendo mi necesidad de mi.
Hay veces sì, en que se me olvida encontrarme, pero cuando ello sucede no hay nada màs agradable que la dulce sensaciòn de tenerme.


(Aunque debo reconocer que dentro de mi juego de soledades, al ùnico que me banco en este mundo mio, a ti.)