Irremediablemente pasa el tiempo sobre mi y en el fondo de mi corazón y  de mis recuerdos pareciera que fue ayer aquél el último día en que te vi. OH! supieras tú cuanta cosa ha pasado conmigo desde entonces. 
Este corazón de papel ha sabido recomponerse frente a tanta cosa que ha vivido; Y pese a que en algún momento dejó de latir, continúo viviendo, retomó su latir con brisas nuevas y papelitos de colores.
Este corazón inquieto no ha dejado su mirada posada en el vacío, ni sus latidos estancados; y aunque ha sido un par de veces arrugado este corazón de papelito es fuerte y ya nada puede asustarlo, ya tanto ha sufrido el pobre, que son cosas trascendentales las que hoy inquietan sus aguas.


Ojitos de colores, anteojos, pelotas de fútbol y tanto más que nos voy a nombrar, han caminado por este corazón de condominio y quizá cuanto otro por el cual prefirió simplemente, hacerse el loco.
De todas maneras este corazón poco rencoroso y menos ingrato suele recordarte, recordar los tiempos pasados y sonríe porque a pesar de que un día por poco le costó el latir, logró seguir en pie y encontrarse con otro palpitar. 
Es por eso que cuando cierra los ojos y te ve en los recuerdos borrosos, como antes una sincera sonrisa le aflora, añorando los tiempos pasados.
Abre los ojos nuevamente y recuerda que todo ya está atrás , lejos, tan lejos que lo más seguro que tu mirada ya ni vuelva a este lugar.