Fue una niña tan felíz y quien no si cuentas con todo lo que un niño puede pedir.
Gustaba de sus ratos a solas por que ahi su imaginacion era la ama y señora de su mundo, donde todo podia ser posible, donde no hay cosas malas que pudieran atemorizarla.
Cuando tuvo miedo, siempre estuvo Papá o Mamá para dar ese abrazo o ese beso que la hiciera tranquilizar, ellos siempre estaban para ella, para jugar, escucharle, explicar y la hicieron realmente felíz.
Pero el mundo avanza y las cosas no siempre se quedan igual, siempre hay un cambio constante y los años se empiezan a notar.
El oso de peluche quedó al lado y lentamente se empezo a olvidar como todo aquello que la hizo tan felíz alguna vez.
Hoy, después de tantos años donde el mundo es otro y quizá muchas veces quisiera salir corriendo a los brazos de mamá o papá, se hace la valiente y afronta la vida.
3 comentarios:
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con la mirada silenciosa.
quisiéramos todos,salir corriendo
y encontrarnos en unos brazos, que nos salven, aunque sea por una noche, no? pobre niña..
wow.
El tiempo pasa. Eso es grave. que ganas de guardar y vvir nuevamente todas esas cosas que ahora son sólo recuerdos...
Leerte me dio nostalgia y también algo de "alegría", no sé, algo de positivismo talvez... Las últimas palabras es mera realidad... el asunto es hacer el ahora tan bueno como lo anterior.
Un abrazo srta desaliñada=)
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